España aprovecha 20 millones de metros cúbicos de madera cuando podría alcanzar de forma sostenible los 50 millones, lo que supone un capital desaprovechado de 30 millones sin rentabilizar, lo que significa que de alcanzar esa cifra, la energía producida supondría el 75 por ciento de la energía nuclear que se produce al año en España.
Se trata de la afirmación destacada por varios expertos en el 5º Congreso Forestal Español, como Miguel Trossero, de la FAO, y Álvaro Picardo, de la Sociedad Española de Ciencias Forestales, que creen que “es necesario que este tipo de energía responda a tres preguntas: ¿tenemos posibilidad de obtener madera para este uso?, ¿cuánto podemos extraer, tenemos pistas forestales y tecnología adecuada para extraer esa madera?, ¿podemos ponerlo en el mercado y que sea rentable en comparación con otros combustibles, cuánto y cuándo es rentable?”.
A la primera respondieron que los inventarios forestales demuestran que sí, “porque podemos producir cerca de 50 millones de metros cúbicos de madera de forma sostenible, y en España se aprovecha menos del 40 por ciento, cuando en el resto de Europa el nivel de aprovechamiento es del 65 por ciento del crecimiento anual”.
Trossero, especialista en dendroenergía de la FAO, respondió que “uno de los grandes retos del sector forestal español es apostar por este tipo de producto, que requiere de políticas adecuadas, incentivos y ayudas para aprovechar este potencial, ya que biomasa es un combustible que está de moda”.
Para Picardo, en nuestro país hay políticas y planificación en España, “pero esto no despega y es imprescindible darle un impulso porque el Plan Nacional de Energías renovables es un poco cicatero en las ayudas a este tipo de producto energético”.
A la tercera pregunta apuntó que la biomasa es un producto competitivo, tiene “enormes ventajas ambientales” al tener un “balance nulo de emisiones y fijación de CO2″, permite un “ahorro considerable” en la factura de combustibles para caldera familiares o de comunidades de vecinos, entre el 30 y el 40 por ciento con respecto al gasoil y, además, es una “magnífica herramienta” de creación de empleo, principalmente rural.
También pusieron de manifiesto que la inversión en una caldera de biomasa puede amortizarse en tres años, “sin contar con las posibles subvenciones que algunas administraciones ofrecen a la instalación de este tipo de calderas”.
“En cualquier caso, este tipo de cálculos –añadieron– depende del precio del petróleo, ahora estamos en 70 dólares el barril, y eso que estamos en crisis, en cuanto esta etapa empiece a superarse el precio subirá, lo cual convertirá a la biomasa en un producto mucho más rentable”.
16/08/2010
Fuente: EPSocial